De pronto
se adueñó de mí
Me condenó sin remedio
a caminar
a su lado
Anudada a mis huesos
como un castigo/
un despojo de vanidades
Poseyendo el silencio/
la herida
La acuosa mirada
de la perla del agua
cayendo de la hoja
a la grieta infinita…
El poema es el puente que une dos extremos ignorados. Pero es también esos extremos. El poema es una venturosa incursión por lo ignorado...Algo inmortal, nacido de criaturas mortales. S. T.
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