
Cuando me mirás así, de esa manera penetrante que escarba en mi interior pero que al mismo tiempo permanece velada para mí, no podés verme. No me reflejo en tus ojos de alga de río turbio y peces muertos. Algo parecido a la locura me arrastra a vos; y digo locura porque amarte afiebradamente, deseando tu contacto de reptil que huye hacia mundos subterráneos, a pájaro sin clasificar, a cosa extraterrestre, lo es.
No necesito nada de vos, ¡Enterate! Sólo quiero descifrar tu código; el acertijo de tu sonrisa. Te analizo, como quien analiza un pecado, una virtud abandonada por inútil, una palabra que no dice nada.
Quedate así, no te rías por mis palabras de gata herida, como un tango; como los abismos que desparramas en carcajadas burdas, insolentes. Soy así, me conocés lo suficiente como para saber dónde clavar y poner tu daga, la misma que se esconde en la sordidez de tu mirada de alga de río turbio y peces muertos.
Cuanto tiempo te esperé, como una estúpida, mirando las viejas manchas de humedad de tu bulo. Nunca entendí bien los motivos por los cuales me diste una llave. ¿Qué abrí con ella? ¿Dónde penetré? O sólo fue una forma más de burlarte, de doblegarme como si fuera un metal maleable en las manos de un escultor. ¿Escultor? Me da risa la comparación. Lo más cerca que estuviste del arte, fue cuando te regalé esa reproducción que ni siquiera enmarcaste, sobre el arte pop de los años sesenta. Dejaste que las moscas y mosquitos defecaran en ella. Esa fue otra forma más de agredirme, como cuando te reís de mi admiración por Chagall, o de mi forma triste de querer imitar su estilo, o de mis esfuerzos sobrehumanos para vivir del arte. Claro, a vos nada que te conecte con el alma, los sentimientos, las entrañas, te parece importante. Lo único que llena ese vacío que tenés en el pecho; sí allí mismo en esa cavidad, regalo sin sorpresa, órgano vital, son tus vicios, tus instintos de bohemio decadente. Ya sé que escupo las palabras, las tenía todas juntas en la garganta; borbotones de insultos, de metáforas de mierda, de sinónimos de materia fecal: Vos.
Reite todo lo que quieras; con tu boca, tu cara, tus pies, tus genitales. Ya no me importa nada que tenga que ver con vos.
¡Ah! Sobre la mesa dejé tus llaves.