Sin piel

La piel jíbara
cuando el deseo
no desnuda,
y se adapta
en silencio
a la ausencia
de manos.
Sueña
en la oscura
calma
que despierta
erecciones,
y sin pena
que la condense
se exilia muda
en la nada…

Prolapsos
del alma.
Decadente picada
al abismo
de las llamas,
que avivan infiernos.

Ella se va apagando
de a poco,
mientras pretende
no ser hembra.
No hay placebo
para atizar la flama,
ni silencio en la
aparente calma.

Obra:"Caricia de un sueño" de María Amaral

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